Alfonso Brezmes: " Los poetas no definen la poesía, la hacen"
Alfonso Brezmes nació en Madrid en 1966 ha publicado dos libros de poesía, "La noche tatuada"( Editorial Renacimiento, 2013) y "Don de lenguas" ( Editorial Renacimiento, 2015). Próximamente saldrá su poemario ¨Ultramor", en esta pequeña entrevista redescubriremos al poeta, que va por la vida haciendo versos y arte, entregando su espiritu de poeta incluso en sus fotografías. ( www.alfonsobrezmes.es)
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¿En que
momento de tu vida decides escribir poesía?
No recuerdo la edad exacta, pero a partir de los 16 años ya leía y escribía mucho. He sido no obstante un poeta tardío en publicar, pues no fue sino nel mezzo del camin de la mia vita, a los 43 años, cuando empecé a pensar que a alguien podría gustarle o al menos interesarle lo que escribía.
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Se afirma
desde diferentes espacios culturales que la poesía está en crisis, que no se
lee porque no se vende, ¿Crees que la poesía debe estar comprometida con algo o
alguien?
Asistimos a un
fenómeno editorial novedoso, cual es la venta masiva de libros de “poesía” en
las librerías, compitiendo en los puestos de best-sellers con otro tipo de
libros de consumo fácil. Esta “nueva poesía” ha desplazado a los libros de poesía “tradicional” en favor de un
nuevo mercado adolescente que antes no
existía. No soy quien para valorar los efectos beneficiosos o perversos de este
fenómeno, pues todo lo que fomente el hábito por la lectura me parece bien. Por
otra parte, siempre habrá lectores que pidan algo más que palabras bonitas al
libro que compran, aunque tal vez la apuesta de las editoriales por un producto
de venta fácil pueda acabar perjudicando al lector más exigente, si las
editoriales dejan de apostar por un tipo determinado de poesía menos “vendible”.
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¿Para qué
sirve la poesía en el momento actual que vive el país, el mundo?
La poesía, como
la belleza, no sirve para nada, y esa es
precisamente su mayor utilidad. Su eficacia no es tangible, no se traduce en nada, y, sin
embargo, en una sociedad materialista todo lo que nos ofrece una suerte de
refugio espiritual se convierte en algo absolutamente necesario.
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Hace
algunos días apareció en el cultural un artículo que da cuenta de que en España la
edición de libros ha aumentado, sin embargo se hace alusión a que se edita
cantidad y no calidad, paralelamente puedes ver en redes sociales, que es una
vitrina cultural importante, que surgen editoriales que por 200 euros editan a
“escritores de face” ¿Cuál es tu opinión al respecto y que crees que los
escritores con trayectoria, como es tu caso, deben hacer?
Creo que lo que
he dicho con anterioridad es suficientemente ilustrativo de lo que pienso sobre
este tema, pero lo que yo considero “calidad” no tiene por qué coincidir con lo
que otros lo llaman de igual forma. Al final, todos acabamos encontrando lo que
buscamos, aunque no sepamos bien si lo queremos.
Tampoco sabría
bien decir qué deben hacer los demás, cuando ni siquiera sé lo que debería
hacer yo. No sé: vivir del modo más pleno posible esta ocasión que se nos ha
dado y no preocuparse demasiado por lo que hacen los demás. Tal vez eso pueda
resumir lo que pienso de casi todo, y de esto también.
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Los
poetas definen poesía ¿Cuál es tu definición de belleza?
Los poetas no
definen la poesía, la hacen. Toda definición mata el objeto definido, pues lo
disecciona y deja abierto en casual para que podamos conocer hasta el último
intersticio; sin embargo, yo defiendo que la poesía, para serlo, debe dejar espacios
ocultos y abiertos a la interpretación de cada lector. Si no es así, no es
poesía, hablamos de otra cosa.
Por intentar decir algo acerca de lo que no se puede decir, diría que la poesía es la música de las palabras, no por su sonoridad, sino porque deja mudo a quien la lee, expuesto a un nuevo orden del lenguaje, al mundo visto desde otra perspectiva –sea elevada o desde las alcantarillas, como proponía Alejandra Pizarnik-. La poesía tiene que ver pues con lo que no se puede decir y sin embargo se acaba diciendo, o mejor dicho, sugiriendo.
Por intentar decir algo acerca de lo que no se puede decir, diría que la poesía es la música de las palabras, no por su sonoridad, sino porque deja mudo a quien la lee, expuesto a un nuevo orden del lenguaje, al mundo visto desde otra perspectiva –sea elevada o desde las alcantarillas, como proponía Alejandra Pizarnik-. La poesía tiene que ver pues con lo que no se puede decir y sin embargo se acaba diciendo, o mejor dicho, sugiriendo.
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¿La
creación nace de la expresión inherente al artista o hay elementos externos que
la desarrollan?
Por supuesto que
todo lo que experimentamos nos conforma como seres humanos y por tanto como
escritores también, pero sin duda hay algo invisible, imposible de apresar en
una definición, que podemos llamar “numen”, “inspiración”, “talento” o acaso
simplemente predisposición a ciertos temas, estados de ánimo o sensaciones, que
acaban convirtiéndose en el sello personal de cada artista.
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Cuéntanos
sobre tu última obra
Mi último libro
publicado apareció en 2015 y se titulaba “Don de lenguas”. Hay quien dijo de él
que era un homenaje al lenguaje, y yo estoy de acuerdo en que hay bastante de
eso. Después de mi primer poemario – La noche tatuada- más gótico y a un tiempo sentimental, éste es un
libro más depurado y esencial. Queda al lector decidir cuál le gusta más, pero
me resisto a ofrecer siempre lo mismo, por más que el estilo del autor deba ser
reconocible en cada poema.
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¿Qué
elementos, sensaciones, miradas o recuerdos fueron inspiración para desarrollar
dicha obra?
Defiendo, con
Thoreau, que no hay literatura ni arte cuando no hay una vida fecunda detrás.
No es que defienda la poesía de la experiencia –más bien en mi caso sería
poesía de la inexperiencia- pero sí creo que se debe vivir mucho antes de ponerse a escribir algo que merezca
la pena. De ahí, quizás, mi aproximación tan temprana a la poesía como lector y
tan tardía como escritor.
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¿Qué
proyectos literarios tienes?
En un par de
meses saldrá “Ultramor”, título con el
que quiera dejar abierta una puerta al misterio del territorio al que invita a
entrar al lector. Si tuviera que decir algo de él, diría que es una criatura
nacida del amor ilícito entre mis dos poemarios anteriores, pues mezcla lo
irracional con el pensamiento, lo misterioso con lo racional. Le tengo cariño
por lo largo y doloroso que ha sido el parteo, pero corresponde a quienes se
adentren en sus páginas decidir si querrán volver a entrar o no de él. Yo
confío en que llegue a convertirse para alguien en un objeto apreciado al que
acercarse a acariciar de vez en cuando, como un animal de compañía al que se le
tiene cariño.
Por otra parte,
tengo ya un nuevo proyecto entre manos, que supongo aún tardará en ver la luz,
pues soy autor de pocos libros de
maduración lenta. No me gusta publicar mucho, sino lo justo y necesario. Admiro a los autores con muchas
publicaciones detrás, pero cada obra ha de defenderse por sí sola, y el paso de
los años es implacable con casi todo.
Pero de esa nueva
obra hablaremos cuando toque hablar. Sólo puedo apuntar que será un homenaje a
los grandes autores y artistas que han hecho posible que yo sea el que soy como
escritor pero, sobre todo, como ser humano.
Marijo Mattus